Te invitamos a descubrir el masaje tailandés desde una perspectiva diferente.
Tradicionalmente, el masaje tailandés se practica en un futón en el suelo. En esta formación lo adaptamos a la camilla: una opción ideal para quienes no pueden tumbarse en el suelo, y también para masajistas, quiromasajistas, fisioterapeutas, osteópatas u otros profesionales que ya trabajan con camilla y se sienten más cómodos en ella.
Este curso te brinda herramientas para enriquecer tus sesiones con un tratamiento completo de todo el cuerpo. Cada módulo ofrece una secuencia de 90 minutos, que puedes integrar en tu práctica profesional o utilizar como base para iniciar tu camino como terapeuta manual.
En este primer módulo nos enfocaremos en las dos posturas principales del trabajo en camilla:
Decúbito supino (boca arriba): pies, líneas de energía en las piernas, estiramientos, abdomen, torsiones y movilizaciones de columna, brazos, manos, pecho, hombros, cuello y rostro.
Decúbito prono (boca abajo): pies, gemelos, isquiotibiales, caderas y zona lumbar, líneas de energía en la espalda y cuello.
En ambas posturas aprenderemos a aplicar técnicas eficaces y placenteras, tanto para quien recibe como para quien ofrece.
Trabajaremos con principios esenciales como la presencia en el contacto, la escucha, el uso consciente de la gravedad y el apoyo de antebrazos, codos y palancas corporales.
Un viaje para seguir explorando este camino de masaje, terapia, filosofía y amor bondadoso (Metta).
En este segundo módulo continuaremos profundizando en las posiciones supina y prono, explorando la fluidez entre los movimientos y la versatilidad de nuevas posturas:
Decúbito lateral (de lado): trabajo específico del hombro y estiramientos originales, cómodos y muy agradables.
Postura sentada y postura del niño: nuevas posibilidades para integrar y completar la sesión.
En todas las posturas aprenderemos a aplicar técnicas eficaces y placenteras, que resultan beneficiosas tanto para quien recibe como para quien ofrece.
Nos guiaremos por principios esenciales como la presencia en el contacto, la escucha, el uso de la gravedad y la aplicación consciente de antebrazos, codos y palancas corporales.
Un encuentro para seguir profundizando en este camino de masaje, terapia, filosofía y amor bondadoso (Metta).